Llevan tatuado en la ropa los héroes del barrio,
disfraces de buenos
y malos de historias que han ido cambiando con el reloj.
Con ellos di los mayores conciertos sentados en un banco,
con una vieja guitarra.
Con ellos hice palacios en casas abandonadas.
No hay saludo más verdadero que el de sus manos encalladas,
ni contrato más seguro que el de su propia palabra.
Ellos son así, trovadores y locos,
caballeros de los que quedan pocos,
maestros en las mentiras conquistando bailarinas.
Ellos son así, con sus disfraces de vaqueros,
pero dispuestos a invitar a los sioux a cenar.
Ellos son así, como románticos piratas
intentando navegar en un mar de asfalto gris.
Ellos son así, mis amigos son así.
No hay un verso más bello que el de sus tartamudeos,
ni ofrecimiento más sincero que la mitad de su cero.
Ellos son así, trovadores y locos,
caballeros de los que quedan pocos,
maestros en las mentiras conquistando bailarinas.
Ellos son así, con sus disfraces de vaqueros,
pero dispuestos a invitar a los sioux a cenar.
Ellos son así, como románticos piratas
intentando navegar en un mar de asfalto gris.
Ellos son así, mis amigos son así.
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