Mi alma vive en una primavera donde todo florece caduca,
y las penas a mi lado se acurrucan
para dormitar encima de este frío pasto
y soy pasto de este frío dolor que carga mi nuca.
Nunca tuve muy altas expectativas
de cumplir lo que mi mente pensaba cuando estaba dormida.
No sé si la felicidad es relativa
pero háblale de relatividad a un corazón suicida.
Déjame que escriba en mi libreta una poesía,
hoy le dedico a mi autoestima una elegía.
Ay, querida mía, brindemos por aquel tiempo
en el que tocamos la cumbre, ahora olemos los cimientos
de este templo, y si miento, que me trague la tierra,
bueno, irónico cuando resido en el infierno.
Nunca me gustó llorar, por eso me refugio
entre los alivios tiernos que me brinda mi cuaderno.
¿Y quién no se pierde por caminos confusos?
Harto de recomendar consejos que no uso,
abuso de mi propia confianza,
y al final me veo tirado en el suelo mientras susurro: “Venganza…”
¿Venganza de qué, ignorante?
¿Venganza hacia el destino por no hacer tu presente brillante?
¿Por tus fallos de principiante?
¿Venganza de ti mismo por rendirte y no salir adelante? Sucio pedante…
[ESTRIBILLO]
Mírame, pero sin usar los ojos,
solo escúchame, ¿ves que estoy hecho despojos?
Tengo heridas en el corazón y no en la piel,
y el único medicamento que sirve se llama papel.
Háblame, pero sin usar la boca,
solo siénteme, y es que mi alma yace rota.
Hay quien solloza si su esperanza está extinta,
los necios preferimos utilizar tinta.
Y en esta senda oscura donde el veneno supura
y ninguna herida sutura si yace en mi piel,
dormitando entre las dudas que me abrazaban desnudas
me di cuenta de que a la alegría le fui infiel
y ahora mi más pura amante es la tristeza,
quien me reza y me susurra al oído que nada saldrá bien.
Y es extraño, mas me siento complacido
pues solo si estoy hundido me levanto si vuelvo a caer.
Perecer sería un placer
si malgasto mi último aliento de vida besando tu dulce sien.
Puñaladas entre abrazos que me maten en tus brazos
sería capaz de soportar más de cien.
Cielo y tierra me contemplan mientras muero,
duelo en este juego donde mi dignidad aposté.
Mi felicidad arriesgué, y ahora me hallo tan vacío
como el nido de tranquilidad que un día abandoné.
El gato que está triste y azul se ha vuelto gris
en un intento vacuo de protestar ante mi actitud.
Pero dime tú, ¿qué le hago si soy un imbécil renegado
que no sabe como escapar de este alud?
Tus baladas y más bellas sinfonías se tornaron
en monotonía y ahora son la banda sonora de mi ataúd.
¿Y en qué momento quise traicionar al tiempo
y mi castigo fue apartarme en fosas lejos de tu luz?
Y ahora tan solo…
[ESTRIBILLO]
Mírame, pero sin usar los ojos,
solo escúchame, ¿ves que estoy hecho despojos?
Llevo heridas en el corazón y no en la piel,
y el único medicamento que sirve se llama papel.
Háblame, pero sin usar tu boca,
solo siénteme, y es que mi alma yace loca.
Hay quien solloza si su esperanza está extinta,
los necios preferimos utilizar tinta.
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