Hay un precioso manantial
De sangre de Emanuel
Que purifica a cada cual
Que se sumerge en Él
Lávame Señor Jesús
En la sangre de tu cruz
Lávame Señor Jesús
Y más blanco que la nieve yo seré
El malhechor se convirtió
Pendiente de una cruz
Él vio la fuente y se lavó
Creyendo en Jesús
Y yo también mi pobre ser
Allí logré lavar
La gloria de su gran poder
Me gozo en ensalzar
Eterna fuente Carmesí
Raudal de puro amor
Se lavará por siempre en Ti
El pueblo del Señor
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