(canción)
Cantaba junta a las ollas
lo que naide pudo oír.
El monte da sus secretos
al que hierve su raíz.
Una lunita morada,
vagando en cielos de añil.
Y dos letras coloradas
en la esquina del mandil.
Doña Guillerma me hizo uno pa’ mí.
Pa las campereadas de fines de Abril.
Pa que el paisano se pueda lucir,
lindo el apero, mejor el mandil.
Fue doña Guillerma que lo hizo pa’ mí.
La vida tiene sus trampas
porque la vida es así.
Las viejitas trenzadoras
no se debieron morir.
Los criollos ya na’ tenemos
a quien mingarle un mandil
Doña Guillerma me hizo uno pa’ mí.
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