(Milonga)
Me galopan en la sangre
dos abuelos, si señor.
Uno lleno de silencios
y el otro, medio cantor.
Hace tiempo, mucho tiempo
que el indio ya se alejó,
con su lanza y su alarido,
su tobiano y su tambor.
El gaucho salió a buscarlo
por esos campos de Dios.
Se lo habrá traga’o la tierra,
porque tampoco volvió.
Volvió pero hecho leyenda
hecho canto y tradición.
Para que el hombre argentino
no pierda su condición.
Me galopan en la sangre
dos abuelos, si señor.
Uno lleno de silencios,
y el otro medio cantor.
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