Creo que te quise desde siempre,
desde aquel lluvioso día,
en que llegaste al vecindario.
Tenías alambres en los dientes,
unas pecas deliciosas,
y colita de caballo.
En el colegio siempre fui tu defensor,
no sé de forma más ingenua de gritar AMOR…
Porque te amaba, te amaba,
con infantil devoción.
Y fue en la fiesta de tus quince,
cuando se rompió mi sueño
de repente en mil pedazos.
Te ví bailar toda la noche,
abrazada a tu pareja,
tan feliz entre sus brazos.
Justo esa noche yo iba a hablarte de mi amor
y mi rival al parecer, se adelantó.
Y tu alegría, cómo me hería,
alli nació el perdedor…
Fue el muchacho aquel,
qien años después,
para mi condena,
se casó contigo.
Te vi ante el altar, radiante y feliz,
como un día soñara
que fuera conmigo,
conmigo…
Y ahora me cuentan los amigos
que has vivido muchas penas,
que tu unión quedó en fracaso.
Y que te lames las heridas,
entregándote a tus hijos,
con el alma hecha pedazos.
Yo por mi parte he seguido
siendo fiel
a aquel amor que nunca antes
te confecé.
Porque aún te amo,
aún te amo,
como la primera vez…
Cuando recibas ésta carta,
tal vez ya ni me recuerdes,
han pasado veinte años.
Pero si buscas en el álbum
de la fiesta de tus quince,
no te llamarás engaño.
Yo soy el flaco que te mira con pasión,
en cada foto que aquella noche se tomó,
y el que te espera, hasta que quieras,
con la más fiel devoción…
ÉSTA ES LA CRÓNICA SINCERA…
DE UN VIEJO Y CALLADO AMOR.
ÉSTA ES LA CRÓNICA SINCERA…
DE UN VIEJO Y CALLADO AMOR.
Comentarios
Deja tu comentario: