Era un perro callejero:
no tenía más que venas.
Dicen que murió hace tiempo,
y todavía lo tengo cerca.
Sus padres, lo conocían
sólo a medias, y decían
que su hijo era un mal bicho,
y ni la vida merecía.
No son pu***, son princesas,
y un castillo es tu pensión.
Pon la cuchara en la mesa,
que va a empezar la función.
Si te cortan la cabeza,
y te cuelgan de los pies,
no veas la sangre que sale,
y cómo te puedes ver.
Comentarios
Deja tu comentario: