Se ven huellas de un caballo,
Sobre la hierba mojada,
Y un hombre que lleva prisa,
Salió muy de madrugada…
El potro apura su paso,
Ya cuando el sol se ocultaba,
Y atrás quedó su ranchito,
Con su esposa sepultada…
Ahí vivió muy dichoso,
Con su querida María,
Pero una noche llegó,
Y la encontró mal herida,
Y antes de morir le dijo,
El nombre de un tal Mejía.
(MÚSICA)
Muchos lugares anduvo,
Ya la barba le crecía,
Y el caballo se cansaba,
De caminar noche y día…
En un pueblo de Sonora,
Allá encontró al tal Mejía,
Y en la ciudad de Obregón,
Imploraban por su vida…
Cuentan los de la región,
Que lo mató cara a cara,
Y lo arrastró hasta la tumba,
Donde descansa su amada,
Luego se internó en la sierra,
Ya cumplida su venganza.
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