En un país de ensueño,
un día no lejano
yo habitaré,
Junto a Jesús que un día
, por mí en la cruz
quiso padecer.
Y cuando escuche mi nombre diciendo,
bendito de mi Padre ven.
/Daré la gloria al Cordero porque Él me sostuvo,
me ayudó a vencer./
Me acercaré despacito, al trono glorioso de
nuestro Señor,
el resplandor de Su gloria, de brillante luz mi
ser vestirá,
veré sus manos heridas, también su costado
y le adoraré,
/Qué glorioso será el día cuando junto a Cristo yo
habitaré/
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