Nuestra vida es un viaje de ida
cuyo destino final y eterno es la patria celestial.
Este viaje muchas veces es placentero,
algunas veces peligroso, otras veces incierto
y no faltan los tramos tristes.
Gracias a Dios que no viajamos solos,
alguien prometió estar con nosotros todo el viaje,
Y es nada menos que El que dijo:
“Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra”
Él es Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores
Con Él podemos viajar confiados.
Soy peregrino y andando por la vida,
Cumbres muy altas suelo atravesar.
Mi alma contenta con fe y agradecida
canta alabanzas al Padre Celestial.
El cielo limpio sin nubes de tormenta,
reina la calma y canto sin cesar
mas de repente el cielo se oscurece
y se entorpece mi alegre caminar.
Y en la angustia de mi alma clamo
Señor Jesús, te ruego ¡auxíliame!
Siento al instante una fuerte mano,
Y Su presencia fortalece mi fe.
Y en la angustia de mi alma clamo
Señor Jesús, te ruego ¡auxíliame!
Siento al instante una fuerte mano,
Y Su presencia fortalece mi Fe.
Es que Jesús promete estar conmigo
Todos los días sin ninguno fallar
Él no depende de las circunstancias
Está conmigo me vaya bien o mal.
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