En la intersección fría de la revelación del cosmos
Yace la partida hiriente e incipiente de la proyección de la duda
Los predicadores sumarán a su causa las raíces míticas de un orden creado
Mas su miedo es tan profundo que con la culpa día a día es cargado
Más allá del más allá, en donde el sueño recae
Convive el silencio y el murmullo todo junto
Somos la maraña de ideas que quiso ser omnipotente
Mas la inmensidad del multiverso nos aplastó en concreto
El narcisismo destrozado en pedazos, por la nuda vida
Se rejuntará moldeado en la tierra, hallando verdades, que nos unan a ella
Aquella que destruimos por el absurdo mitológico
De los predicadores que su ego clavaron a una cruz para a diario venerarlo
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