Vivo en un saco pegado al suelo,
de donde veo gente pasando,
y cuando salgo, entonces pienso,
mejor me quedo.
Vivo en un saco lleno de trastos,
de donde oigo gente hablando,
y cuando salgo, entonces pienso,
mejor me callo.
No soy un robot, tengo corazón,
mi reloj son el sol y las olas,
no soy un robot,
enchufado a los tiempos que corren.
No soy un cabrón, ni un predicador,
no juego a farol y si palmo, palmo,
dicen que estoy acabado,
pues podría ser que sí.
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