A ese amor…
A ese pájaro dorado
que alza vuelo y parte el cielo en dos
rondando el sol y el pecado.
A ese amor
caprichoso y libertario
sin silencios que le hagan callar
ni jaulas para enjaularlo.
Qué pena,
que no le siente bien la ropa de diario
a su carita lavada.
Ese amor
vaya si es flor delicada.
A ese amor
manojo de pequeñeces
que florece en plenilunio
y se mustia en las estrecheces.
A ese amor
que arde mal en el brasero,
que se anega en una lágrima
y cunde poco en el puchero.
Qué pena,
que no le siente bien la ropa de diario
a su carita lavada.
Ese amor
vaya si es flor delicada.
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