No atiende
ese alboroto de tordos
a cuestiones
de patria y de frontera,
de próceres,
de aniversarios y banderas,
ni aún hoy que es
día de fiesta nacional,
cuando irrumpe en la canción del sol
de la charca en donde abrevan,
del árbol que esconde el nido
y la compañera,
picando olivos,
hurgando en mieses…,
si el territorio le pertenece.
Les contemplaba una procesión
de caracoles murmurando
su falta de consideración,
a ras de suelo y babeando…
Demasiado ocupados en las palabras
para poner a salvo de ellas las cosas,
demasiado obligados en sus pesadas corazas
como para poder entender a aquél
que lo deja todo para poder ser él.
Demasiado preocupados en palpar con los cuernos,
y en mandar christmas de Navidad,
en prepararse un hermoso entierro.
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