Hablemos

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Lobo Estepario

¡Ya basta de tanta mie***, después de cada compe’!
¿Con permiso de quién, se creen que pueden ensuciar mi nombre?
Yo no estoy por dinero, aunque el dinero no me sobre.
Pues si tu alma está vacía, ¿de qué te sirven los millones?
Soy un desquiciado que aún lucha por ser noble.
Y ellos quieren hablar de mí, porque creen que me conocen.
Los comentarios duelen, la soledad me rompe.
Si no dependieran de mí, en mi sien habría un hueco enorme.
En el espejo, hay un viejo deteriorado:
–¿En qué te convertiste?
–Na, ¿en qué me han transformado?
Casi nunca me verás sin estar alcoholizado.
Con resacas que duran más que las mujeres a mi lado.
Me preocupaba que ya no me quisiera.
Hoy cada día, con más ojeras y menos ojos para ella.
Quiéreme, por quién soy y no por lo que soy ahí fuera.
Que para sexo por dinero, conozco un par de rameras.
No han vivido la mitad de lo que vivimos.
Y no han visto una cuarta parte de lo que vimos.
No aportaron una mie*** a lo que construimos, ¿cómo podrán entender el sueño que perseguimos?

¿Qué es lo que pasa cuando el telón se cierra, y las voces de mi interior me atormentan?
Me hace desear estar colgado en la cuerda, pues quien vive demasiado, aquí nadie lo recuerda.
Mi vida se desintegra, me desangro en mi cruz de madera.
Años soportando esta mie***, hoy es el día, en el que hasta el hombre más fuerte se quiebra.

Haters, espero que me perdonen.
Si ustedes hubieran tomado mejores decisiones.
Me siento como un Dios en ocasiones.
Porque él aguantó sus pecados, pero yo sus frustraciones.
Mi corona, no es la de un ganador.
Es la de un rey destronado, que no ha perdido el honor.
Las espinas me recuerdan, que cargo con su dolor.
Y que no llegaré a ningún lado, sin odio y rencor.
Y no me enorgullece que México esté caliente.
Pero vivo en un país, en donde adoran a la muerte.
Yo seguiré siendo el mismo que por todo está sonriente.
Aunque no sepan, lo muerto que estoy por dentro honestamente.
Las que algún día me amaron, hoy día ni me necesitan.
Intenté llenar vacíos, con las mujeres más bonitas.
He fornicado con tipas, que ni siquiera me excitan.
Pero sé, que ellas también están mintiendo cuando gritan.
Aún me cuestiono si soy bueno.
Si de verdad nací para esto.
Para el fracaso que vivieron, la envidia fue su placebo.
No quieren victorias propias, quieren el fracaso ajeno.

¿Qué es lo que pasa cuando el telón se cierra, y las voces de mi interior me atormentan?
Me hace desear estar colgado en la cuerda, pues quien vive demasiado, aquí nadie lo recuerda.
Mi vida se desintegra, me desangro en mi cruz de madera.
Años soportando esta mie***, hoy es el día, en el que hasta el hombre más fuerte se quiebra.

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