Era uno de los doce que siguió
A Jesús el nazareno a predicar
Y fue el hombre de confianza el tesorero
Que comía con Jesús del mismo pan
Pero un día la traición llegó a su alma
El amor al dinero lo cegó
Y por unas monedas miserables
Al maestro con un beso lo entregó
Judas no tiene precio tu maldad
Ciego que no conoces el amor y la verdad
Llanto te costará tu proceder
Por esa ingratitud, por no haber sido fiel
A quien tanto te amó
Es la imagen de Jesús que está en mi hermano
El amor y la confianza del señor
Cuidaré de no venderlo y traicionarlo
Él es templo del espíritu de Dios
Y si diera mis riquezas y mis haciendas
Y muriera en la hoguera del dolor
Esas cosas no me sirven para nada
No soy nada si en mi alma no hay amor
Judas no tiene precio tu maldad
Ciego que no conoces el amor y la verdad
Llanto te costará tu proceder
Por esa ingratitud, por no haber sido fiel
A quien tanto te amó
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