Una luna redonda, redonda,
fue alumbrando tu cuerpo y el mío,
y la espuma se muere en la arena,
y la bruma se vuelve rocío.
Y tu piel y mi piel ya se encienden,
y las olas murmuran celosas,
van rompiendo con fuerza sus furias,
sobre el lecho de las caracolas.
Qué manera de querer, mi vida,
y decirte que eres sólo mía.
Qué manera de querer, mi reina,
y decirte que ya eres mi dueña.
Una luna redonda, redonda,
es testigo de nuestra promesa,
de jurarnos amor para siempre,
con los dedos y dos que se besan.
Piel con piel, beso a beso te duermes,
piel con piel, beso a beso te cuido,
y en un himno de amor hacen ronda,
esa luna, la espuma, el rocío.
Qué manera de querer, mi vida,
y decirte que eres sólo mía.
Qué manera de querer, mi reina,
y decirte que ya eres mi dueña.
Ya la luna redonda, redonda,
se zambulle dormida en el agua,
y la noche se queda en tinieblas,
ocultando una vieja piragua.
Suavemente en la playa dormida,
se aquietaron ya nuestros latidos,
y en la magia de la madrugada,
se fundieron tu cuerpo y el mío.
Qué manera de querer, mi vida,
y decirte que eres sólo mía.
Qué manera de querer, mi reina,
y decirte que ya eres mi dueña.
Qué manera de querer, mi vida,
y decirte que eres sólo mía.
Qué manera de querer, mi reina,
y decirte que ya eres mi dueña.
Comentarios
Deja tu comentario: