Ligado a cicatrices de batalla
de cuando los salvajes reinaban,
el señor de la guerra, un hombre
traicionado por su mano derecha.
Bajo el campo de batalla
su cadáver escondieron.
Oh, maldición infernal,
venguen mi muerte y las mentiras.
(Oh) Robaron la carne,
pero el alma no está engendrada.
(Oh) Hasta las puertas del infierno
iré a reclamar mi trono.
(Oh) Siente mi espada
aunque la carne esté muerta y podrida.
(Oh) El rey muerto se levanta
buscando la debida venganza.
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