Al gunas veces,
muy raramente,
los fragmentos de aquellos que perdieron sus sueños,
parecen montañas a mis ojos.
Confiando en Dios,
o en Buda,
los fragmentos de los que se aferraron a ellos y lloran,
parecen montañas a mis ojos.
Disfrutamos de un baile juntos,
me paseo con una pose victoriosa.
¡Muévete! ¡Muévete! ¡Muévete! ¡Así no!
No estoy mirando por la ventana de los sueños.
Parecen montañas a mis ojos.
Parecen montañas a mis ojos.
Parecen montañas a mis ojos.
Parecen montañas a mis ojos.
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