Nunca quise darlo todo por perdido,
mi silencio fueron luces de neón para tu olvido,
soy igual que un adivino, aún sabiendo mi destino, vivo por ese suspiro.
Todo pasa, esto también pasará,
como la tormenta que arrasa y se calma por inercia.
Eres como el oleaje, por mucho que te evite, siempre vuelves, siempre tarde.
Me volverás a llamar cuando el sueño de tu hotel sea un hilo,
cuando no puedas callar todo el ruido que hicimos.
A veces siento el dolor de un pasado que quiere que le grite,
estoy de hecho de historias, pero de historias que no se repiten.
Le diste paso, le diste cuerda al corazón,
y sin embargo, no lograste reparar tanto fracaso.
No fue culpa del azar, encontrarme la mitad de mis preguntas, sin contestar.
Reconozco que me asustaba la verdad,
no fui tramposo, ni ese tipo de novio loco sigiloso,
pero luché por mantener, cada retazo de la mano que me dejé morder
y que tú mordiste más de una vez.
Me volverás a llamar cuando el sueño de tu hotel sea un hilo,
cuando no puedas callar todo el ruido que hicimos.
A veces siento el dolor de un pasado que quiere que le grite,
estoy de hecho de historias, pero de historias que no se repiten.
Te has perdido un amigo,
te has perdido los planes que imaginé contigo
y tardarás en admitirlo.
Te ahogarás en el tiempo,
las cadenas que suenan, las llevas por dentro.
Me volverás a llamar…
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