Los años fueron pasando
y el reclamo no fue cambiado
dejen ya de mentirnos y torturarnos.
Yo lo veo de este modo
quiero tenerlo presente
este reclamo de mi gente.
La tierra no tiene dueño
la tierra es del que la trabaja
con el sudor de su cuerpo
con el poder de su alma
con todo el poder de su alma.
Está el nativo en su reserva
invocando a sus dioses
con toda su pena y amargura.
Pidió morir a la luna
para aliviar su tortura
por la falta de sus hermanos.
Que el hombre blanco ha matado
despojándolo de sus bienes
contaminando la tierra
matando a la hierba
dejando todo en la miseria…
Es el Dios de la muerte
que en la hierba despertó.
Es el Dios de la muerte
que sus mentes quemó…
El bosque ya no está,
el río se secó.
El suelo ya se vendió
el extranjero lo compró.
Al nativo expulsó,
de su tierra alejó.
Olvido y humillación
solo eso le quedó.
Hay que mantenerse
de pie y seguir
que juntos no nos podrán vencer
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