Cuando el Gran Danés abre las fauces,
ni si quiera el sol puede competir con toda la fricción que se desprende.
Parece querer tragarse el mundo al verlo amanecer.
Nadie muere bajo el sol.
Ella es la pregunta y la respuesta.
Veo su figura reflejada en la niebla.
No hay nadie que rompa la escarcha en mis venas.
Nadie.
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